FINigrana lleva más de 40 años haciendo hincapié en la cosmética natural sin animales. Los jabones elaborados con aceite de oliva y manteca de karité y cacao desempeñan un papel importante. El jabón de Alepo se fabrica en la región siria de Alepo siguiendo una receta de eficacia probada. La base es el aceite de oliva, que se remueve con sosa cáustica en un gran caldero a 200 grados y se hierve hasta que se descompone en glicerina y jabón. El aceite de laurel se añade hacia el final del proceso. Una vez escurrida la lejía, se lava la mezcla. Por último, se da a mano a la mezcla de jabón su característica forma de bloque. Un sello impreso garantiza el origen y la calidad. A continuación, los jabones acabados se maduran y almacenan durante un máximo de nueve meses.
Manteca de karité para un cuidado natural
El trabajo manual también desempeña un papel importante en otro producto FINigrana. La manteca de karité pura ecológica procede de las semillas del árbol de karité, originario de África. La manteca de karité o "Beurre de Karité" es producida por mujeres. No es de extrañar que se la conozca como el "oro de las mujeres". La manteca de karité es adecuada para todo tipo de pieles, incluidas las secas, irritadas y propensas a las alergias.
Jabones para el cabello: suaves y fáciles de usar
Los suaves jabones capilares FINigrana a base de aceite vegetal son una alternativa suave para el cuidado del cabello. Limpian el cuero cabelludo y cuidan el cabello al mismo tiempo sin dañar el medio ambiente. Son muy fáciles de usar. El jabón puede enjabonarse con las manos o aplicarse directamente sobre el cabello mojado. Tras un breve tiempo de aplicación, la espuma se aclara de nuevo. Lo único que hay que tener en cuenta es que el cabello debe aclararse un poco más a fondo de lo habitual.