Los cosméticos naturales de Martina Gebhardt tienen una historia. Una mordedura de perro y la decisión de someterse a una operación de cirugía estética para no dejar una cicatriz antiestética acabaron dando lugar a la creación de los productos. En una época en la que la gente estaba marcada por una catástrofe nuclear, creció el deseo de productos naturales limpios, naturales y ecológicos. No se trataba sólo de alimentos, sino también de cosméticos y otros productos cotidianos.
Después de que la entonces estudiante hiciera su propia pomada, que convirtió la cicatriz de su cara en un pequeño bulto, se puso a fabricar pomadas y cremas con productos puramente naturales. Con éxito: sus amigas probaron los productos y los encontraron buenos. Y como el deseo del público en general de productos naturales y puros aumentaba debido al miedo a la radiactividad, pronto se creó una pequeña empresa con empleados y su propia planta de producción. Entretanto, la empresa se ha convertido en una mediana empresa que fabrica casi 150 productos diferentes y también los vende ella misma. Se concede especial importancia a garantizar que los diversos ingredientes de todos los productos procedan de cultivos ecológicos controlados y no perjudiquen en modo alguno a la naturaleza, los animales o las personas. La experimentación con animales es tan tabú en la producción como los conservantes o las fragancias artificiales. Los cosméticos naturales de Martina Gebhardt deben su gran eficacia y buena tolerabilidad a diversos procesos en los que las esencias se extraen de las plantas con especial cuidado. De este modo, sólo se obtienen ingredientes especialmente puros y valiosos, que luego se procesan en productos de calidad excepcionalmente alta sin ningún aditivo artificial.